Poemas Nuevos 2012
Mis ojos sólo han visto el titilante
fulgor de tu lenguaje en la pantalla,
ventana que me acerca conocida,
muro que me separa inexplorada.
Te leo, y en mi mente se organiza
un cúmulo de imágenes que alcanza
a dar cuerpo a la idea de tu cuerpo,
a dar vida a la idea de tu alma.
Te conozco y te ignoro a un mismo tiempo;
estoy contigo, pero qué lejana;
creo tocar tu piel, y entre mis dedos
sólo vibra mi piel sobresaltada.
Sé que vendrás un día, aunque es incierto
si este saber es fe o es esperanza.
Y cuando vengas, o si vienes, ¿cómo
resistirán mis ojos tu mirada?
Tiembla una duda en mi cerebro, y corre
el temor a lo largo de mi espalda,
formulando insistente la pregunta
de si me ves como me imaginabas.
Y la inquietud me impulsa a refugiarme
en la seguridad de la distancia.
Y no sé si prefiero tu venida,
o soñarte en ausencia enamorada.
No obstante, ven, voy a correr el riesgo,
que más me aflijo cuanto más te tardas...
O quizá...no, no vengas, que no quiero
morir de angustia si me despreciaras.
O si acaso...tal vez...probablemente...,
perdona, amor, que es el temor quien habla...
Llégate a mí, sin más, y abre tus brazos,
que yo hace tanto tiempo te abrí el alma.
Mis ojos sólo han visto el titilante
fulgor de tu lenguaje en la pantalla,
ventana que me acerca conocida,
muro que me separa inexplorada.
Te leo, y en mi mente se organiza
un cúmulo de imágenes que alcanza
a dar cuerpo a la idea de tu cuerpo,
a dar vida a la idea de tu alma.
Te conozco y te ignoro a un mismo tiempo;
estoy contigo, pero qué lejana;
creo tocar tu piel, y entre mis dedos
sólo vibra mi piel sobresaltada.
Sé que vendrás un día, aunque es incierto
si este saber es fe o es esperanza.
Y cuando vengas, o si vienes, ¿cómo
resistirán mis ojos tu mirada?
Tiembla una duda en mi cerebro, y corre
el temor a lo largo de mi espalda,
formulando insistente la pregunta
de si me ves como me imaginabas.
Y la inquietud me impulsa a refugiarme
en la seguridad de la distancia.
Y no sé si prefiero tu venida,
o soñarte en ausencia enamorada.
No obstante, ven, voy a correr el riesgo,
que más me aflijo cuanto más te tardas...
O quizá...no, no vengas, que no quiero
morir de angustia si me despreciaras.
O si acaso...tal vez...probablemente...,
perdona, amor, que es el temor quien habla...
Llégate a mí, sin más, y abre tus brazos,
que yo hace tanto tiempo te abrí el alma.